Me sobran las sonrisas que sin querer he reservado.

lunes, 22 de noviembre de 2010

18;

Nadie debería saberlo, todos me lo reprochan, pero.. 
¿Qué puedo hacer yo contra esto?
Absolutamente nada.
¡Yo no lo he elegido, joder! Vale que tengo parte de la culpa por no dejarme a mí misma olvidar.
Vale que yo misma quiero seguir amándolo.
Pero yo no lo he elegido.
Cada una de las lágrimas que derramé por él, yo no las elegí. Ni tampoco todo lo que él me hizo reír.
Todos los momentos, las sonrisas, las promesas, los te quiero que pasaron a convertirse en te amo. 
Nuestra fecha y todo lo que ese número trae consigo.
Todas y cada una de las veces que lo he echado de menos, como ahora mismo.
Esas veces que he quedado sin respiración por sus palabras, para bien o para mal.
La forma en que este amor parece no desvanecerse con nada ni por nadie.
A pesar de la distancia, a pesar de no conocer siquiera su voz.

Las letras de su nombre, las fechas importantes, los mensajes privados, los instantáneos, los llantos, el dolor, la rabia, las mentiras, la impotencia, el desánimo, lo que supuestamente parecía el olvido, la verdad, de nuevo el llanto, la alegría, las ganas de estar con él, de hablarle, de, al menos, cruzar una palabra, sólo para saber que sigue ahí, que no se ha ido, que no se esfuma así como así, aunque lo parezca. La promesa de cumplir esa promesa, la certeza de que al menos uno de los dos la cumplirá de alguna manera. La seguridad de que pasen los años que pasen, digan lo que digan los demás, haya los chicos que haya, llegará el momento de mirarle a la cara, echarme a llorar y gritarle un "te amo". Lo prometo. En cualquier momento, cueste lo que me cueste, voy a verte, voy a amarte, voy a besarte y voy a decirte lo que tantas ganas tengo de decir con mi voz,  y no con las letras.

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