Me sobran las sonrisas que sin querer he reservado.

jueves, 7 de octubre de 2010

Decepción


Decepción.
Es una palabra que se puede aplicar a muchos casos.
Confías ciegamente en una persona, en que esa persona lo va a dar TODO por ti.
Piensas que es lo mejor que te ha pasado en la vida.
Te falla, te duele, pero bueno, ha sido una vez, errar es humano.
Le das otra oportunidad y crees que no volverá a fallarte.
Pero lo hace. Y cada vez duele más que la anterior.
Además te culpas a ti misma por perdonarle, por darle oportunidades que no merece.
Y sigues confiando. Venga, seguro que ya no vuelve a hacerme algo así..
Pero con esa frase sólo te engañas a ti misma. Mira, volvió a fallarte. No sabe que con fallarte te pierde, pero tampoco llorará por ti. Te sonríe como si no hubiera hecho nada malo, te habla como cualquier otro día. Pero no es un día cualquiera. Ese día es HOY.
Y hoy te has dado cuenta de que ya has hecho bastante por esa persona, de que ya no merece tu amistad, y mucho menos nada más.
Te has dado cuenta de que no quiere que seas feliz, te utiliza como utilizaría a una muñeca.
Los años juntos no valen de nada, sólo hace que esa decepción que sientes duela más.
Pero ya basta, me he fijado en que nada de lo que hago les importa, así que me he propuesto aprender a olvidar lo que hacen. Que a mí tampoco me importe.
Que ninguna palabra me haga derramar una lágrima más; que nada de lo que vea me haga sentirme mal.
Ellos pierden; yo aprendo que no puedes querer a quien es invisible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario